martes, 24 de septiembre de 2019

Estadísticas

Lunes.
18:43.

En la redacción.

Un nuevo muerto en un posible accidente laboral. Si se confirma, sería el décimo en la provincia en lo que va de año, según los sindicatos. El octavo, según el Ministerio de Trabajo. Ya se sabe que el de las cifras es un asunto harto delicado. Es curioso cómo una persona puede quedar reducida a la estadística en un segundo. Terrible, más que curioso. Recurro a la hemeroteca para consultar los datos de los anteriores accidentes mortales en el trabajo que he cubierto. Una vez erré a la hora de incluir la estadística. Normal, si no sirvo para esto. No puedo volver a cometer ese fallo.

 

19:11

Me gusta cómo he redactado la noticia, a pesar de las dificultades que he tenido para que me dieran datos. Nada desde la Policía Local, muy poco desde el Ayuntamiento. La Guardia Civil, que es la que lo lleva, ni mu. Los sindicatos, eternos indignados de habitual gatillo flojo, se han mostrado cautos. Me he limitado a ser riguroso, por tanto. Corren malos tiempos para la lírica.


1:36

No quiero que nadie lea lo que escribo. Lo he decidido tras hallar el enésimo error de sintaxis en mi libro -publiqué un libro de relatos hace unos meses-, lo cual me lleva a pensar que no debería leerlo ni yo mismo. No porque no merezca la pena hacerlo, sino para no arriesgarme a encontrar una nueva tara. Merece la pena, de hecho. Leerlo. Lo sé porque esta frase de esta otra página me quedó muy bien. Quiero que la gente la lea. Que sepa que existe.

 

1:43

En esta ocasión no necesitaré a Chet Baker5 para dormir. Cierro los ojos, permanezco quieto dos minutos, me revuelvo otros tantos y entonces interpelo al maldito Chet Baker para tocar esta noche.

Martes
8:54

Un caso más para el archivo: hoy no me reconozco en mi yo de ayer.

 

Nota: usar un sistema duodecimal para acotar los días es funcional pero absurdo. Hoy no dejará de ser hoy a las once cincuenta y nueve cincuenta y nueve pe eme, del mismo modo que mañana no empezará a ser mañana a las cero cero cero. Sobre todo, son factores emocionales los que determinan el inicio y el final de un día. Ayer acabó cuando yo decidí que acabara, y hoy acabará cuando yo decida que acabe, aunque la fecha del móvil diga otra cosa. A partir de este momento será martes hasta el sábado.





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