Sábado.
11:39
Leo poco, demasiado poco, pero es que prácticamente siempre estoy cansado para leer -no sólo para leer, sino para todo-, una circunstancia que me irrita sobremanera. Lejos de resignarme, trato de combatir la pesadez de los párpados, la palpitación feroz de las sienes, la leve falta de aire y el hormigueo en las piernas, aunque sin éxito. Convencido de que llegará el momento en el que pueda librarme de esta culpa, no dejo de anotar títulos y autores que considero, a priori, interesantes. Me encantaría confirmar mis sospechas. Lo deseo. Sin embargo, temo que la lista acabe siendo apenas un prontuario al que acudir para convertirme en un jugador experto de la categoría marrón del Trivial. De repente, y por dificultades en el último momento para adquirir billetes, Andrea llega a Barcelona a medianoche, en un tren distinto del que había anunciado. No la esperaba nadie. Viene de Comala, porque le dijeron que allá vivía su padre, un tal Pepe Carvalho. Llamadme Ismael.
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